Juego de Improvisación 12/12

 

La Isla del Tesoro

Érase una vez unos piratas que visitaban una isla, la isla del tesoro. Allí escondían sus riquezas. Cuando atracaron se acercaron a la orilla en barca, pero se percataron de que, rodeando la localización del tesoro, había elefantes custodiándola.

Así, los pirátas tienen que enfrentarse a ellos para conseguir su tesoro, pero las armas y las balas no les dañan. Un pirata, muy astuto, decide echarles agua encima. Los elefantes se deshacen frente a sus ojos y son vencidos, pero ¡el tesoro tiene un candado! Y nadie tiene la llave, no pueden abrirlo.

Otro pirata se acerca al cofre. Está completamente cerrado. Al mirar la mirilla se da cuenta de qué llave necesita. Se arranca el ojo y consigue abrir el cofre, sacando así el tesoro.

Los piratas se marchan de la isla, de vuelta a su hogar, la ciudad de la Reina.

La Corona Perdida (Segunda parte de la Isla del Tesoro)

La reina ha perdido la corona, está muy triste. Los Piratas llegan de la isla del tesoro con sus riquezas en baules. La reina viendo su abundancia desconfía de ellos y los acusa agresivamente de robarle la corona. Con lo cual, los manda a encarcelar.

La princesa melancólica esperaba en su castillo la corona del reino, ya que ella la había estado decorando la noche anterior para su madre. Le había puesto purpurina y brillantitos.

Como estaba tan triste, la princesa decidió pasearse por el puente, se tropezó con una piedra en el camino y se cayó al agua.

De repente, un pirata sin ojo acudió a su socorro. Este llevaba un bastón mágico que, tras un hechizo, sacó a la princesa del agua.

La princesa observaba detenidamente al pirata tuerto, era muy atractivo y tenía una buena pata de palo. Se sintió inmediatamente atraida por él. Pero se hizo la indiferente frente a él.

-¿Por qué mierda me sacas? ¡Con lo bien que estaba yo ahí! ¿Quién te dijo que podías sacarme? -Le recriminó la princesa.
-Si quieres te devuelvo al agua...

La princesa negó. Fueron por el camino de vuelta a palacio, se iban picando mutuamente. Encima, como la princesa había olvidado el camino se perdieron, así que la princesa tuvo que seguir al buen pirata. Finalmente, frente a las puertas, ambos se besan.

Pero, para la sorpresa de todos, aparece un OVNI en el cielo. Una nave alienígena aparca en las puertas del palacio y de sus compuertas baja un elefante. ¡Los elefantes de la isla del tesoro! La princesa,  muy enfadada porque le han cortado el rollo, saca de su ligero un cuchillo y vence al elefante extraterrestre. Así, el piráta y la princesa se casan, la princesa hereda la corona de la reina y, gracias al pirata tuerto, sus colegas piratas logran salir de la carcel.

La Digievolución

Esta es una anrtigua historia india. Se trata de un hombre indio que siempre ha sido pobre, se quiere alejar de la sociedad porque está harto de su corrupción. Así que decide emprender un viaje, un larto viaje. En este se encuentra a un elefante que, aunque no habla, enseguida se hacen amigos y le acompaña en su travesía. Pero mientras siguen su camino hacia el horizonte ambos se topan con una escalera.

Deciden subir la escalera y al hacer se encuentran con el fantasma de Buda. Tiene una varita mágica en su mano y Buda les anuncia que les concende tres deseos. A los dos.

 El elefante y el indio, entusiasmados, piensan sus deseos, pero justo cuando el indio va a pedir su primer deseo, del cielo caen unas cortinas de auga que les arrastra hasta el final de la escalera.

Pero las escaleras caen en una ciudad contemporanea. Pierden de vista a Buda, se escapa en su nube de Dragon Ball con una sonrisa pícara mientras les grita: "¡Venga, hasta luego, que era broma!".

El elefante se enfada y se pone a pisar a la gente. Destruye todo a su paso. El elefante, de repente, se encuentra con un espejo, curioso se acerca pero al verse reflejado ve a una serpiente. Lo de los deseos era una trampa para comprobar su ambición. Buda le ha convertido en serpiente como trampa por no pasar la prueba. El elefante busca a Buda, el culpable de su transforación. En el camino pierde al indio, estaba tan cabreado que teme haberle pisado en su arranque de furia, pero continua buscando a Buda. Cuando llega a su nube, ¡zas! Le muerde.

Buda se va al segundo más alla. Este ya tiene ascensor, no escalera. Al elefante le salen unas alas y se convierte en el nuevo dios de la ciudad contemporanea. Entonces viene el indio y se presenta ante su amigo el elefante, convertido aun en serpiente alada. El indio tiene un sombrero de pico, una nariz enorme con verrugas y la piel verde. ¡Se ha convertido en un abruja.

-¿Y tú que? ¡¿Dónde estabas?! -dice colocando sus brazos en forma de tetera- ¡Ayudame¡ ¡¿No?!

El demonio y el pez (La Digievolución 2)

Un demonio es un héroe en el infierno. Tiene una espada que tiene atrapada en ella un alma en pena. El demonio tiene que luchar contra un pez.

Pero hay un collar mágico que puede salvar al pez y protegerle del demonio. Tiene que nadar para encontrarlo antes que ellos.

EL pez es un pez espada normal y corriente que es perseguido porque desenvocó una guerra entre los ángeles y demonios. ¿Por qué? Por una razón estúpida. Sus compañeros de clase se reían de él por us larga nariz.

Para llegar al collar hace falta atravesar un montón de anillos de coral venenosos, así llegará a la entrada de una cueva custodiada por sirenas guerreras.

Una pequeña bruja (El indio del relato anterior), como tiene magia se convierte en elefante acuático, recordando a un antiguo amigo. Va a las profundidades y crea un círculo mágico que hace de portal para que el pez pueda atravesar los corales. El demonio se enfada, pero logra atravesar también el círculo portal, siguiendo al pez.

El alma especial de la espada del demonio es un dragón con alas. Están ahora frente a la ciudad de las sirenas guerreras, tienen que atravesar esa barrera para conseguir, ya sea el pez o el demonio, el collar. El dragón, aun ligado a la espada, surge de ella para crear una red que atrape al pez y, finalmente, cerrarla con candado.

Lo meten en un baul al pez espada porque el demonio considera que es peor encerrarlo que matarlo. Porque debe sufrir. Pero le sale mal la jugada. Uno de los caballitos de mar de las ugerreras sirenas, llamado Olimpeo, se compadece del pez. Él puede leer la mente del pez espada, ve que se siente solo como él, que ha sufrido bullying como él. Se siente identificado y decide ayudarle. Como el caballito de mar es mágico puede luchar contra el demonio, le da un coletazo y lo decapita. El dragón finalmente se libera de su prisión en la espada y, aunque es libre, huye en vez de ayudar a su amo. Huye para cometer maldades, porque no es un alma bondadosa.

El caballito salva al pez sin que las sirenas tengan que otorgarle su tesoro, el collar mágico de las profundidades marinas. Las sirenas, sin embargo, le conceden el deseo de tener la nariz más pequeña, pero con una condición: que le cuenten como desencadenó la guerra entre ángeles y demonios. El pez espada, avergonzado, les cuenta que, cómo se sentía tan horrible y feo por su nariz, le cortó unos mechones a una bella ángel del cielo. Sin embargo, no funcionó, su nariz se veía más todavía. Así que abandonó los cabellos en el infierno. Una vez descubridos por los ángeles, empezó la guerra.