Relato de Raquel (Incompleto)



-Hey tío, ¿estás seguro de que Alcachofa 17º se ha perdido por aquí?
-Todas mis alcachofas se pierden aquí, por costumbre ha de estar aquí.
-Wow tío, encima no había pero sitio y hora para perderse, en un sitio maldito.
-Vaya, se me apagó la linterna, esta sin pilas. ¡Genial!
-No temas tío, creo que tengo pilas.
-Oh, menos mal.
-Aquí están, toma.
-...
-¿Tío?
-...

 Lo único que se podía escuchar en las alcantarillas era el sonido del agua.

Un día normal, como todos en la vida de Clara, ella se reune en la entrada con sus amigos, ellos conforman el grupo de bullies de la escuela.

Dirigiéndose a clase Adrian saca el tema de hacer una excursión a las alcantarillas "malditas" el viernes por la noche. Todos excepto Samuel concuerdan en ir.

Como todos los jueves, Clara queda con heirin, su mejor amigo,  para jugar a los videojuegos por la tarde. Mientras estaban jugando, Clara le habla sobre la excursión del viernes. Lo hablaron y en conclusión dicen de hacer una fiesta de piamas para que el padre de Heirin lo dejara salir de noche.

Tiempo más tarde, cuando llegó la hora acordada, ellos se reunieron en la entrada de las alcantarillas. Cuando llegaron solo vieron a Adrian apoyado en la pared y a Samuel lloriqueando con moratones.

-¿Dónde están los otros bastardos? -preguntó Clara.
-Me obligaron a venir y luego se fueron con sus novias -respondió Samuel.
-Eso está muy mal, si acordasteis una quedada y dijeron que vendrían deberían venir, en vez de abandonarnos -refunfuñó Heirin.
-Tampoco era de esperar que lo hicieran, dejémonos de charla y entremos -dijo Adrian.

Al cabo de un rato, mientras ellos paseaban por las alcantgarillas, vieron una luz encendida, no era muy brillante pero aun así decidieron acercarse en el caso de que fuera alguien de mantenimiento, necesitaban tener a la gente localizada para poder esquivarlos y no ser pillados.

Clara tragando el miedo, andando decidida iba la primera, marcando ritmo, heirin por el contrario la estaba cogiendo de un extremo de la camisa, él tenía miedo de aquel lugar y no quería ir sola.

Adrian detrás de todos, vigilaba atento y samuel seguía a Clara y Heirin dejando atrás a Adrian. Él tenía miedo suficiente para no ser el priero y tampoco el último, esos son los primeros en ser atacados si hay un monstruo.

Todos, cuando estaban cerca de la luz, apagaron sus linternas y se asomaron cautelosamente. había un perro abandonado, estaba muerto, brillando y levitando en el techo, había sido quemado por su porpia luz.

Heirin al ver el cadaver asfixiado de calor del adorable perro perdió el equilibrio y sentado en el selo se puso a llorar de miedo mientras abrazaba la pierna de Clara.

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