En una villa alejada de España se hallaban Pablo, Pedro y Alberto. El ambiente de la villa se hallaba crispado por las nuevas elecciones, dónde los tres cerditos competían. Todos querían reinar en la cabalgata electoral dónde mataban a Santiago.
Pablo, el primer cerdito y el más perezoso se llenaba la boca con ideas prometedoras. Este quería ayudar al pueblo y se ejemplificaba viviendo en su casita de paja.
Pedro, el segundo cerdito y el más alto decía apoyarlos a todos, vivía en su cómoda casa de madera decorada con luces de navidad.
EL tercer cerdito era el más trabajador. Este reunió todo lo que podía de todas partes para cubrirse las espaldas en su casa de "ladrillo".
Un día Santiago apareció por la villa, sopló y sopló y las casas de Pablo y Pedro destruyó. Tan solo Alberto sovrevivió. Estaba tan llenos de ejemplos superfluos que ni un gañán como Santiago Abascal pudo derribarlo.
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