celeste
Los Cerditos Hipotecados
Había una vez tres cerditos que eran hermanos y aún no tenían casa propia. Entonces un día un lobo muy astuto vino a ofrecerles la oportunidad de comprar la casa de sus sueños. Para ello les ofreció la posibilidad de contratar una hipoteca que pagarían a cómodos plazos.
El primer cerdito, que era el más ambicioso y el que siempre quería tener lo mejor, pidió la hipoteca más alta para así comprarse la mansión de sus sueños. A este cerdito le encantaba invitar a sus hermanos y a amigos para fardar de la casa que había conseguido.
El segundo cerdito, que era el más sociable y le gustaba mucho salir de fiesta, prefirió cogerse un piso en el centro, con una hipoteca no tan alta como la de su hermano. Así podría seguir pegándose sus caprichos y grandes fiestas.
El tercer cerdito, que era el más precavido y no se fiaba nada del lobo, decidió comprarse una casa a las fueras con sus ahorros y sin la ayuda del lobo. Debido a que la casa tenía varios desperfectos, el cerdito dedicaba todo su tiempo a trabajar y a arreglar su casa.
Con el paso del tiempo, el primer cerdito se vio ahogado con los gastos y no pagó varias cuotas. Entonces el lobo le visitó y le advirtió: “págame la cuenta o vendré y vendré y la casa te embargaré”. Como el cerdito no pagó, la casa el lobo le embargó y una deuda enorme le quedó.
Poco después, el segundo cerdito en la misma circunstancia se halló y el lobo le advirtió: “págame la cuenta o vendré y vendré y la casa te embargaré”. Como el segundo cerdito tampoco pago, la casa el lobo le embargó y una deuda no tan enorme le quedó.
Finalmente los dos cerditos, viéndose sin casa, a la casa del tercer hermano se fueron a vivir. Eso sí, con la advertencia del cerdito de que jamás les iba abalar para una casa comprar.


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