joel
Ejemplo de Relato: deberes para 14 Nov
Descripción emoción y lugar. Foco en la protagonista (Sofía). Primera voz (estándar):
La voces del viento, la playa desierta en temporada baja, la soledad absoluta del cielo con el sol asomándose por su sabana. Llevaba despierta toda la noche con el batin encima, sentada en el balcón esperando una señal que no llegaba. Hacía frío, pero de algún modo calentaba mi corazón, me hacía sentir viva. El pequeño apartamento que me sostenía era uno de tantos, pero imaginaba que todos estaban vacíos para que el aislamiento se acentuará. Me gustaba sentir el dolor como cuchilladas. Solo podía ver un trozo de playa, el horizonte si que era mío. No eran las Maldivas, pero Cádiz me bastaba para hundir mis demonios. La casa de mi tío estaba en un estado aceptable teniendo en cuenta los años de desinterés, pero yo necesitaba un respiro, de la vida, del caos, de la gente. Necesitaba pensar, aunque fuera eso lo que le estuviera hundiendo.
Flashback. Ambientación de lugar (inspira sensualidad). Foco en Lucas. Segunda Voz (coloquial):
Las sombras eran rojas, otra copa bajaba mi garganta en aquella noche de mierda. El trabajo me apretaba los huevos y las pavas tampoco ayudaban. Los perfumes de las chicas intocables, las miradas ocultas de tantos babosos, los bailes a oscuras en las salas privadas . Lucas, ¿otra más? Dijo mi colega con cara de colgado, estaba pasado desde esta mañana. Putos findes de rave sin nada que llevarse a la boca. Negué con la cabeza, tenía todo mi interés puesto en una preciosidad que seducia al local desde la barra. Llevaba lencería transparente, su sonrisa, juntos a aquellos ojos entreabiertos solo me decían una cosa, que era una bestia en la cama, un alma salvaje en busca de aventura. En la barra de bar la gente pedía alcohol, la música sonaba, casi todo eran hombres. Sobre el podio ella, impecable. No pude evitar preguntarle al camarero su nombre. ¿Ella? Sofía.
Aceleración (primer tiempo). Un matiz (melancolía):
Dos años hacia de aquello y sin embargo lo recordaba tan bien, de esa forma externa. Del propio relato que el me contó cuando yo perdí el sentido de mi misma. Empezaba a amenacer, pronto la luz volvería, amo la oscuridad cuando estoy perdida. Todo por un amor no correspondido. No, era más bien lo perdido, no era el, que también, era yo misma defraudandome de nuevo. La luz cegó mis ojos, ¿por qué seguís torturandome en encontrar lo imposible? Si lo mejor era olvidarlo, tener una vida corriente y solitaria. Dejar aquella vida, sentar la cabeza y adoptar un gato. El sol ya estaba en el firmamento, subía como si estuviera atado de una cuerda. Mis ojos no lo soportaron más y entre al comedor. Dormiría. Pero me giré, ¿por qué él? ¿Por qué Lucas? Un martirio voluntario, siempre se hacía lo mismo. Abandonarse a la suerte de otro. Un sentimiento de furia le subió del estómago. ¿Por que permitirlo?
Segundo Narrador. Transformación. Segundo matiz (rabia):
Porque aunque ella pensaba que no podía, lo conseguía siempre. Reencontraba sus cenizas de las entrañas del infierno, surgida como una diosa, más como un sucubo, sin emoción más que rabia. Sin dolor más que el de los tacones altos. Clara de si misma como una sacerdotisa, aquel lugar frente al fin del mundo era mano de santo para ella. Una epifanía necesitada. No importaba cuántas decepciones se llevara, cuanto amor desperdiciara, cuántas veces se levantará en cama ajena preguntándose que hacía y quien era. Pero aquello era solo el fénix en su tumba. Ella era un fuego legendario que quemaría a otro Lucas, si no le quemaba a ella antes. Y así, de vida en vida en vida, buscando a un alma gemela, caminando por las calles de Madrid nocturna, comprendió que su hogar estaba en aquellas luces rojas, en la barra, en el baile y en sus curvas. Que el alma que más amaba estaba en ella. Esa era la pareja que quería.


Publicar un comentario
0 Comentarios